jueves, 13 de septiembre de 2012

El Nombre del Viento - Patrick Rothfuss - 1/3

Antes de leer esta reseña ponte los cascos y dale play al video.

O si no te lo reseño:

«Me llamo Kvothe, que se pronuncia "cuouz". Los nombres son importantes porque dicen mucho sobre la persona. He tenido más nombres de los que nadie merece. Los Adem me llaman Maedre, que, según como se pronuncie, puede significar la Llama, el Trueno o el Árbol Partido.


Mi primer mentor me llamaba E’lir porque yo era listo y lo sabía. Mi primera amante me llamaba Dulator porque le gustaba cómo sonaba. Me han llamado Kvothe el Sin Sangre, Kvothe el Arcano y Kvothe el Asesino de Reyes. Todos esos nombres me los he ganado, los he comprado y he pagado por ellos, pero crecí siendo Kvothe. Una vez mi padre me dijo que significaba «saber».

He robado princesas a reyes agónicos.
Incendié la ciudad de Trebon.
He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo.
Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar.
He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día.
He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.
Quizá hayas oído hablar de mí.»
 


El viento siempre ha estado ahí. Lleva el llamado de la gente, los gritos de angustia, las risas, las canciones y poemas. El viento es la esencia de la vida, y por ello debemos ser como el viento y fluir como él. Esa es la naturaleza de la vida de Kvothe y en "El Nombre del Viento", el autor ha sabido plasmar la naturaleza de un héroe diferente. Un héroe orgulloso y sabio pero a la vez sensible y soñador, que puede soportar lo peor de la vida sin quejarse, pero llorar al tocar el laúd para su amada. Kvothe es el protagonista y nosotros asistiremos a la función final, su última obra maestra, la gran canción de su vida.

Narrada en tres actos o tres días, donde cada día es un libro, vamos a hablar del primer libro, la infancia y adolescencia de un héroe en ciernes, la historia de Kvothe narrada por él mismo.


martes, 4 de septiembre de 2012

Cincuenta sombras de Grey - E. L. James

La gente tomando nota de
las veces que Anastasia
dice "Madre Mía". No marcan
"La diosa que llevo dentro"
porque es dañino para 

la salud.

- Disclaimer-
La diosa que llevo dentro me llevó a leer el libro y a escribir estas líneas... Nada de lo que escriba podrá ser usado en mi contra ni llevado como prueba a juicio ya que me amparo en el primer principio de la internet (El interné es el habitad de gatitos, memes y videos graciosos de youtube, todo lo demás, como los blogs y el facebook no deben ser tomados en serio).

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En el mundo hay existen dos clases de lectores, los que aman leer y los que leen por moda. También hay dos clases de libros, los que vale la pena leer y los que no.

Y hay ocasiones en la vida en que coinciden estos dos últimos, un mal libro con un mal lector y así es como nace un best seller que no merecía más de una primera edición, menos aún una trilogía. 

Pero el mundo es un mercado inmenso y hay un gran nicho no explotado últimamente que es el morbo. Recuerdo que la última vez que vi algo parecido fue con el Código Da Vinci, un libro ni fu ni fa, pero que tocaba la divinidad del cristo y con ello la fibra más sensible de occidente. Best seller fijo, donde despertar el morbo es la mejor técnica de marketing. "He leído el Código da Vinci, mira cuan hereje soy", -aún recuerdo a un conocido decirme- “y eso que no has leído Ángeles y Demonios, uffff”. 

Los libros tabú funcionan y venden a los “poco lectores" y esta no es una excepción.  Y lo que se dio con ese libro se da hoy con “Fifty Shades of Grey”, solo que aquí cambiamos de tabú, de la religión al BDSM, pero la misma técnica de venta. Tanto apelaba al morbo que lo he leído, me he sacrificado por ustedes y aquí les va la reseña.