O si no te lo reseño:
«Me llamo Kvothe, que se pronuncia "cuouz". Los nombres son importantes porque dicen mucho sobre la persona. He tenido más nombres de los que nadie merece. Los Adem me llaman Maedre, que, según como se pronuncie, puede significar la Llama, el Trueno o el Árbol Partido.
Mi primer mentor me llamaba E’lir porque yo era listo y lo sabía. Mi primera amante me llamaba Dulator porque le gustaba cómo sonaba. Me han llamado Kvothe el Sin Sangre, Kvothe el Arcano y Kvothe el Asesino de Reyes. Todos esos nombres me los he ganado, los he comprado y he pagado por ellos, pero crecí siendo Kvothe. Una vez mi padre me dijo que significaba «saber».
He robado princesas a reyes agónicos.
Incendié la ciudad de Trebon.
He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo.
Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar.
He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día.
He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.
Quizá hayas oído hablar de mí.»
El viento siempre ha estado ahí. Lleva el llamado de la gente, los gritos de angustia, las risas, las canciones y poemas. El viento es la esencia de la vida, y por ello debemos ser como el viento y fluir como él. Esa es la naturaleza de la vida de Kvothe y en "El Nombre del Viento", el autor ha sabido plasmar la naturaleza de un héroe diferente. Un héroe orgulloso y sabio pero a la vez sensible y soñador, que puede soportar lo peor de la vida sin quejarse, pero llorar al tocar el laúd para su amada. Kvothe es el protagonista y nosotros asistiremos a la función final, su última obra maestra, la gran canción de su vida.
Narrada en tres actos o tres días, donde cada día es un
libro, vamos a hablar del primer libro, la infancia y adolescencia de un héroe
en ciernes, la historia de Kvothe narrada por él mismo.