¿Como hacen los moguris para volar? -preguntó la niña
-¿Por qué un moguri tiene alas? -le preguntó en respuesta el viejo-
Pues niña, las necesita para viajar, pero sus alas no bastan para alzarlo en vuelo...
¿Sabes entonces como vuelan los Moguris? pues con magia, con la magia más sublime y eterna que solo los moguris saben usar.
¿Podré algún día volar como ellos? -Preguntó la niña.
Por
supuesto que puedes -respondió el viejo- en ti está la magia, puedo
verlo, una magia tan bella y misteriosa que los dioses rogarían para
siquiera poderla tocar... Está en ti cultivarla, hacerla más fuerte, más
grande, pero eso es algo que yo ya no te puedo enseñar.
Ha
de llegar un día en que libre te esfumes en el viento, en que ya no
vueles sobre él, si no seas tú misma el viento, en que tus susurros te
vuelvan una estela que atraviese impetuosa el firmamento, en que el sol y
la luna sonrían al verte pasar, los árboles te canten con el ruido de
sus hojas y sientas que eres libre de esta tierra y este mundo y que
nada ni nadie te pueda atar.
Abuelo, ¿puedes tu volar como los moguris? -preguntó la niña.
Alguna
vez pude -dijo el viejo-, cierto día lo logré, pero las fuerzas no me
alcanzaron cuando el viento sopló fuerte. Quise volar solo con mis alas y
por eso fracasé. Por eso sé que se necesita magia, se necesita fundirte
en el viento y ser uno con él.
Cuando vueles, que las estrellas
te guíen por el camino del bien, que la rosa de los vientos señale tu
norte y que la tierra nunca más toque tus pies...
Quizá siento tu el viento llegues a oírme alguna vez,
quizá siendo tu el viento vuelvas algún día para llevar mis cenizas una última vez...
x Marco.
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